Vivimos un parto hospitalario humanizado sin ningún tipo de intervención en mi o en nuestra hija y tuve una recuperación increíble. Además, hicimos nuestro nido como nos apetecía, con respeto mutuo y comunicando a los familiares los límites y ayudas que necesitábamos.

Menos de 2 anos después, me quedé embarazada de Pedro y a la 34ª semana del embarazo, decidimos vivir un parto domiciliar. Esta experiencia extraordinaria me llevó a convertirme en doula y a convergir todos mis estudios y experiencias de la maternidad en sabiduría a disposición de las mujeres. 

¿Para qué? Para acompañar a mujeres que, como yo, desearon una experiencia única de parto y entendieron que para esto es necesario informarse y estar dispuestas a profundizar, conocer su verdad, liberase de condicionantes que limitan y conectar con lo simple.

Porque si algo he aprendido, es que lo que más necesitamos cuando nos planteamos vivir un parto respetado, no son consejos, ni tácticas, ni el relato de la vecina. Lo que de verdad nos hace falta es encontrar nuestra propia fórmula, la manera que a ti y solo a ti te funciona, de la misma forma que a mí me ha funcionado la mía.

Y también necesitamos que nos acompañen en el camino, sin que fuercen el paso, con honestidad, sin suprimir nuestro esfuerzo y nuestra historia de vida, con respeto y sin contaminar nuestra búsqueda. Y es desde ahí que te ofrezco mi apoyo.

MARI BRITO
Fundadora de PARIR SIN MIEDOS