Segundo la OMS, la SEXUALIDAD de una persona se expresa en forma de creencias, pensamientos, valores, actitudes, deseos, fantasías, practicas, actividades y relaciones interpersonales. En resumen, la sexualidad se experiencia y se expresa en todo lo que somos, sentimos, pensamos y hacemos.
Nacer es nuestra primera experiencia en vida. Y si somos seres sexuales, el NACIMIENTO es la primera experiencia sexual que experimenta el ser humano, que tiene el poder de marcarnos por toda la vida, positiva o negativamente en niveles profundos de nuestra psique.
Para que esta experiencia sea positiva, hay que ser tanto al bebé cuanto a la mamá. No se puede pensar en ellos distintamente, ellos están FUSIONADOS y lo que siente uno, siente el otro también.
Sabemos que la respiración, la digestión y la reproducción, por ejemplo, son campos estudiados por la fisiología. Entonces ¿por qué nos olvidamos de que el hecho de gestar y parir también son ACTOS FISIOLÓGICOS?
Y ¿por qué nuestra sociedad habla del parto como una historia de terror, que necesita ser medicalizado, que duele muchísimo y que lo mejor es que sea muy rápido, mientras es algo NATURAL y esperado en nuestra vida reproductiva?
Estamos perdiendo nuestra capacidad de CONEXIÓN con nuestros cuerpos, con nuestro SER. Recobrar este valor es el primer paso para vivir una maternidad más consciente y llena de posibilidades positivas.
Una madre que se conecta con sus REALES NECESIDADES (mirando a sus miedos, expresando sus sentimientos y manifestando sus deseos, por ejemplo), entrega un regalo a sí misma y a su bebé. Sin duda est@ hij@ tendrá un buen recuerdo en su íntimo al nacer, y seguro que le aportará muchísimo para comprender su sexualidad cuando llegar el momento.
¿Algo aquí te resuena? 😉