¡Bonita mía! Por fin encontré el momento y la tranquilidad para leer las palabras que me escribisteis.
Gracias y mil gracias por acompañarme, ha sido un camino revelador, me he sentido muy acompañada y querida, y espero que no quede aquí y se forje una bonita amistad.
Muchas gracias de verdad, me has ayudado a exteriorizar y a comprender, y sobre todo a prepararme para este día que se acerca, a dejarlo fluir, como una ola, pensaré mucho en tus palabras y espero que tú también en nosotros.